Esta es una duda muy común a la hora de afrontar la reforma de tu baño y la respuesta vendrá dada en función de varios factores: tus costumbres, el espacio del que dispones en el baño, razones económicas, etc.
Pero antes de resolver los pros y los contras que conlleva suprimir un aparato sanitario tan cuestionado y amado a partes iguales, vamos a repasar sus orígenes, su historia y su difusión en el mundo.
Según la RAE, la definición de bidé es: “aparato sanitario con forma de recipiente, ovalado y bajo, que recibe el agua de un grifo y sobre el que se sienta una persona para su higiene íntima”. La palabra bidé tiene su origen en el francés “bidet”, que significa caballito, y que se debe a la similar posición que se asume durante su utilización. De esta manera, la higiene personal se mejora y resulta más precisa con el uso del bidé en combinación con el papel higiénico, respecto al uso únicamente del papel.
En Europa se emplea sobre todo en Italia, en Portugal, en España y en Francia. Al otro lado del Atlántico, en cambio, no fue hasta la segunda guerra mundial que los estadounidenses no supieron de su existencia hasta que los vieron instalados en los prostíbulos parisinos de la época. En Japón, sin embargo, su uso está muy extendido y han conseguido elevar la experiencia con inodoros que tienen incorporados la función de lavado y la de secado, en baños privados e incluso públicoshttps://es.wikipedia.org/wiki/Perfect_Days.
Razones y alternativas a su eliminación
Entonces, dado los beneficios que tiene, ¿por qué en los últimos años en nuestro país se está suprimiendo cada vez más su instalación? Principalmente, debido a que los baños a reformar disponen de pocos m2 para poder instalar un baño completo. Ya en los pisos de nueva construcción es muy difícil ver bidés en los baños, pudiendo desde su planificación contar con él para su instalación. Sin embargo, la tendencia es que los muebles de almacenaje (columnas, muebles auxiliares, etc.) están ganando cada vez más espacio en detrimento del bidé, ubicándose, en el lugar donde estaría instalado dicho aparato sanitario. No hay que olvidar, que, en planta, se necesitan unos 75 cm. para instalar un bidé, que correspondería al espacio que ocupa propiamente el aparato (aproximadamente 40 cm.) añadiendo unos 15 cm. a cada lado, para poder utilizarlo con comodidad.
Alternativas y soluciones al bidé
Para aquellos clientes que quieran no prescindir de él porque lo utilicen ocasionalmente, pero quieran ganar espacio, existen los grifos sustitutivos del bidé para efectuar la higiene en el inodoro. Esta solución tiene cada vez más adeptos en España pese a que en países como Italia sería una solución imposible de plantear, ya que allí, el 97% de los hogares disponen de un bidé y no terminan de ver con buenos ojos la higiene en váter. Cabe destacar que su instalación requiere actuaciones de albañilería y fontanería ya que estos grifos están empotrados a la pared y es necesario alimentarlos de AF/AC. Esta solución es práctica y más económica que la instalación de un nuevo bidé.
Una solución intermedia sería instalar un bidé compacto, suspendido y con tapa. Este tipo de modelos ocupan menos espacio y el ruido visual se verá atenuado sin tener que prescindir de él. Desde luego, es la solución para aquellos que lo usan habitualmente.
Si, además, el tema del espacio de almacenaje sigue sin estar resuelto, se puede instalar un mueble auxiliar encima del inodoro; estos muebles con puerta suelen tener la misma profundidad que la cisterna del inodoro y generalmente suele ser un espacio poco aprovechado en el baño.
Espero que esta información haya sido de tu interés y recuerda: ¡BAÑOS A LA OBRA!